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drcaballerodeleon

DOLOR CRÓNICO Y DEPRESIÓN

El paciente con dolor crónico, generalmente tiene un proceso de evolución avanzado cuando viene a la consulta; debemos hacer visible lo invisible en lo que a dolor crónico respecta, para poder brindar una evaluación, diagnóstico y tratamiento oportuno, así como también eficaz.

La International Association of the Study of Pain ha definido el dolor como “una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a una lesión tisular real o potencial descrita en términos de dicho daño”, esta definición tiene implicaciones importantes desde el punto de vista psicológico, pues considerar el dolor como algo subjetivo, invalida el concepto de dolor como modalidad sensorial, presentándolo como una experiencia compleja dando importancia a la expresión verbal del paciente en la definición del cuadro doloroso.



El aspecto más importante al hablar de depresión en el paciente con dolor crónico, es el tiempo de evolución del dolor. Ejemplo de lo anterior es el dolor neuropático, se sabe que éste es especialmente complejo por su severidad, cronicidad y resistencia a los analgésicos convencionales, lo cual puede causar un impacto considerable sobre la economía a medida que el tiempo transcurre, por lo que probablemente se podría valorar la variable tiempo de evolución y su posible impacto en la exacerbación de sintomatología de ansiedad o depresión en el paciente con dolor crónico, por ello es super importante recibir tratamiento para aliviar el dolor y recuperar su calidad de vida, el paciente.

La funcionalidad, en la calidad de vida, es una variable que ha sido estudiada con anterioridad en el tema del dolor crónico y depresión; se ha encontrado que se correlaciona de forma significativa con ansiedad, catastrofización y depresión, pues a medida que el tiempo de evolución transcurre, el dolor se incementa y la funcionalidad se ve muy disminuida.

La sintomatología depresiva tiene una prevalencia alta en la población con dolor crónico, se estima que una cuarta parte de pacientes con dolor crónico presentan Depresión Mayor.

Fordyce (1976), estableció una teoría la cual señala, que la depresión se puede desarrollar como conseuencia de que las actividades placenteras del paciente son interrumpidas debido al dolor. El éstres y la disminución de reforzamientos positivos (actividades placenteras) mantienen la depresión. Posteiormente Arnstein, et. al. (1999) evaluaron 126 pacientes con dolor crónico (con y sin depresión) y revelaron que el aumento de la actividad reduce los síntomas depresivos y mejora el estado de ánimo. Sin embargo, consideran que el nivel de actividad por sí solo, no es condición suficiente para reducir los síntomas depresivos en los pacientes. La disminución del dolor es necesaria para reducir los síntomas depresivos.

Por su parte, Von Korff y Simon (1996) estudiaron cuáles de las dimensiones del dolor crónico predecían mejor la depresión, y para ello evaluaron cuatro dimensiones: intensidad, interferencia en las actividades, evolución del dolor y zonas de dolor. Encontraron que las dimensiones interferencia en las actividades diarias y el número de zonas de dolor eran las que predecían mejor los niveles de depresión.

Variables como la satisfacción y el soporte familiar influyen en la intensidad del dolor y en los estados emocionales como la depresión y la ansiedad, se ha observado que éstas variables tienden a reducir los síntomas emocionales (Fieldman, Neitz y Downwy, 1999).

La depresión puede ser una comorbilidad del paciente con dolor cronico, por ello la importancia de la atención temrpana y oportuna en el paciente para aliviar el dolor y recuperar su Calidad de Vida y Funcionalidad.

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